Simón Bolívar III parte.(Opinion)

Regreso a Venezuela:

Luego que llegó a Caracas se retiró de los negocios políticos: meditaba en sus haciendas cómo debía darse el primer golpe a las autoridades reales; y aconsejaba a sus amigos mucho tino en los pasos que pudieran darse. Las medidas que turnaron las autoridades españolas para frustrar los conatos de revolución que se habían dejado trascender en Venezuela, después del ataque que intentó el General Miranda sobre Coro el año de 18061.

Las persecuciones que sufrieron varios individuos, de cuyas sospechas no estuvo exento el mismo Bolívar, le hacían fortalecer más su opinión de suspender todo acto revolucionario hasta que ya estuviesen las cosas arregladas así en Venezuela como en el Reino de la Nueva Granada2.

Cuando en 1807 Bolívar regresó a su país natal, era obvio que Miranda había fracasado. La ingenuidad de sus planes, su mala organización y ejecución, ocultaron a Miranda la estrella de todas las probabilidades de éxito, pero no puede ponerse mucho en duda que se atrajo la simpatía de una gran parte de la población y en especial de los jóvenes criollos3.

Bolívar se encontraba entre éstos. Aunque comprendió que la hora de la acción no había sonado todavía y que Miranda se había adelantado precipitadamente, respondiendo a informaciones falsas, un error táctico como el cometido por éste no podía paralizar los impulsos revolucionarios, que habían cobrado vigor durante su viaje por Europa4.

Mientras que en el otro lado del continente, en noviembre de 1807 Junot atacó Portugal y Napoleón5 declaró que la Casa de Braganza había perdido el trono. La familia real pudo salvarse huyendo a Brasil en un barco inglés. Practicada la ocupación, sólo quedaba arreglar el asunto de España. Las intenciones de Napoleon eran las de anexar a España al sistema continental.

De allí que La perdurable disensión existente en el palacio de Madrid permitió a Napoleón negociar con todas las partes. Fernando, sucesor al trono y querido por el pueblo, había intentado infructuosamente apoderarse del gobierno en 1807; y el rey, o mejor dicho, la reina y Godoy, acudieron a Napoleón para arreglar el asunto. El emperador se las ingenió para echarlos a un lado y bajo distintos pretextos comenzó a infiltrar sus tropas en el país. En este punto esperaba que la familia real huyese como los Braganzas, pero las cosas ocurrieron de otro modo. El pueblo español, en la creencia de que el ejército francés estaba en su territorio con el objeto de elevar al trono a Fernando, se alzó contra el monarca regente y su ministro. Mediante el levantamiento de Aranjuez, obligó a Carlos IV a abdicar en favor de Fernando6. Sin embargo, Napoleón no quedó satisfecho, y atrajo al joven rey a Bayona, en territorio francés, logrando así lo que realmente quería, la renuncia al trono español.

Los ineptos e ineficaces Borbones abdicaron el 5 de mayo de 1808 y Napoleón ordenó a su hermano José que reclamara su herencia7.

Llega así el 19 de abril de 1810. La junta establecida ese día nombra a Bolívar, en compañía de Luis López Méndez y de Andrés Bello, comisionado ante el gobierno británico. Cumplida su misión, Bolívar regresa a Londres a fines del mismo año8.

1 Mosquera, op. cit,. pág. 14

2 Ibíd.

3 Masur Gerhard, “Simón Bolívar”, pág. 87

4 Mosquera, op.cit., pág. 141

5 Napoleón I Bonaparte (AjaccioIsla de CórcegaFrancia15 de agosto de 1769 – Santa ElenaGran Bretaña5 de mayo de 1821) fue un militar y gobernante francés, general republicano durante la Revolución y el Directorio, artífice del golpe de Estado del 18 de brumario que lo convirtió en primer cónsul (Premier Cónsul) de la República el 11 de noviembre de 1799; cónsul vitalicio desde el 2 de agosto de 1802 hasta su proclamación como emperador de los franceses (Empereur des Français) el 18 de mayo de 1804, y fue coronado el 2 de diciembre; proclamado rey de Italia el 18 de marzo de 1805 y coronado el 26 de mayo. Ostentó ambos títulos hasta el 11 de abril de 1814 y, nuevamente, desde el 20 de marzo hasta el 22 de junio de 1815.

Durante un periodo de poco más de una década, tomó el control de casi toda Europa Occidental y Central mediante una serie de conquistas y alianzas, y solo tras su derrota en la batalla de las Naciones, cerca de Leipzig, en octubre de 1813, se vio obligado a abdicar unos meses más tarde. Regresó a Francia y al poder durante el breve periodo llamado los Cien Días y fue decisivamente derrotado en la batalla de Waterloo en Bélgica, el 18 de junio de 1815, cuando fue desterrado por los británicos en la isla de Santa Elena, donde falleció.

6 Gerhard, op.cit,. pág. 90

7 Ibíd. 90

8 Pérez Vila, op.cit., pág. 3

Julio César López .

El autor es Colombiano por su familia  y Venezolano de nacimiento.Licenciado en Historia e Ingeniero Electromecánico por El Instituto Universitario de Tecnología de Puerto Cabello.

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