Factor religioso en la política de la sociedad americana (Parte I) (Opinión)

La importancia que se le puede atribuir a la cuestión religiosa en la independencia de América es fundamental para poder entender la cultura política que se iba gestando al inicio del siglo XIX. Cultura política que se mueve entre las elites, que tiene un fundamento jurídico y entre las gentes del común, a quienes se difundió esta cultura por el único medio que era posible hacerlo, y en su forma fácilmente comprensible, es decir, a través del discurso religioso-moral.

Así por ejemplo, Clement Thibaud y María Teresa Calderón afirman que “la fuerza del dogma católico en la mayor parte de sus hábitos mentales ofrece una clave fundamental” para comprender por qué los criollos “no podían comprender una soberanía estatal moderna”. Y en concreto se refieren a las categorías inherentes a esos “hábitos mentales” y supuestamente derivadas de lo que llaman “dogma católico”: por un lado, el concepto de maiestas, como categoría que precede la soberanía y del que esta depende, lo que implica una concepción jerárquica del orden social incompatible con el principio liberal del igualdad; y, por otro, la idea de que la comunidad social y política no está constituida por un conjunto de individuos autónomos, sino de cuerpos con sus propias leyes y derechos.

Los sujetos de la soberanía no serían las personas como individuos, sino en cuantos miembros de un cuerpo determinado, lo que explicaría, por ejemplo, que los primeros constituyentes americanos rechacen el sistema representativo por habitantes a favor de uno más tradicional, el de un diputado por provincia. Para estos autores, “la incapacidad o, por lo menos, la gran repugnancia de concebir una política secular, privada del fundamento religioso, es de hecho un rasgo común de todos los actores, sean modernos o tradicionales, patriotas o realistas, centralistas o federalistas”

Podemos imaginar perfectamente lo que significó para las naciones o sociedades americanas que estaban naciendo la cantidad de pre-juicios acerca de lo nuevo o de los cambios que estaban aproximándose, por otra parte cambios que estaban marcados por una convulsa crisis de la monarquía como lo hemos dicho a lo largo de estos artículos, crisis que afecto notablemente a la otra cara de la moneda como lo fueron las colonias que dependían de la corona. Todos esos sucesos en una sociedad entrelazada de diferentes estratos culturales es importante darse cuenta que todas esas cosas influyen y dieron pie a los movimientos políticos que se gestaron en los inicios del siglo XIX.

Julio César López .

El autor es Colombiano por su familia  y Venezolano de nacimiento.Licenciado en Historia e Ingeniero Electromecánico por El Instituto Universitario de Tecnología de Puerto Cabello.

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