Ciudades unidas por dos paises Rivera (Uruguay) y Santana do Livramento (Brasil)

En Argentina es conocido el hecho de que “hay un pueblo en Uruguay que está tan cerca de Brasil que basta cruzar la calle”. Desde la frontera con Argentina (ColónPaysandú) hasta el otro lado del país, en Riviera, son como 340 kilómetros de carretera limpia, rodeada de puro campo uruguayo, y sin apenas paradas en el camino. Entre Paysandú y Tacuarembó, la siguiente ciudad digna de mención en el recorrido, hay doscientos cincuenta kilómetros. Tacuarembó es el lugar donde, según los uruguayos, nació el gran Carlos Gardel (según otras fuentes nació en Francia). Desde Tacuarembó hasta Rivera hay poco más de cien kilómetros, sin nada en el medio. Uno podría salir de Argentina y llegar a Brasil tocando sólo tres ciudades en el recorrido.

Vista desde el Cerro del Marco Uruguay a la derecha, Brasil a la izquierda.

La economía de frontera está muy presente en las dos ciudades. Así pues, para cargar nafta en el auto, hay que hacerlo en Brasil. Para comprar chacinados o lácteos, en Uruguay. En cualquier lugar de las dos ciudades admiten cualquiera de las dos monedas de curso legal, además del dólar americano. Incluso se puede llegar a pagar con pesos argentinos. En cuanto al idioma, el español y el portugués son de uso común a ambos lados de la frontera, y también se habla una mezcla de ambos, conocida como Portuñol o Portunhol.

La historia de la división de las dos ciudades se remonta a la ocupación brasileña de la llamada Provincia Cisplatina, cuando fue establecido un puesto militar brasileño en el lugar. Tras la independencia de Uruguay en 1825 y la guerra subsiguiente, un tratado de 1828 y ratificado en 1852 estableció la frontera justo al sur del puesto militar, que ya había crecido tanto que era una pequeña ciudad, perteneciente al municipio de Alegrete. El lado uruguayo de la avenida internacional se llama, precisamente, Avenida de los Treinta y tres orientales.

La Plaza Internacional fue inaugurada en 1943, como celebración de las buenas relaciones entre ambos países y como monumento a la paz, en plena II Guerra Mundial. Las dos ciudades, o la ciudad internacional, como se quiera ver, son uno de los lugares del Cono Sur donde la frontera es mucho más un nexo de unión que una molesta barrera. Y está bien que así sea.

 

Deja un comentario